Pie diabético: Consejos y cuidados para prevenir su aparición

Como cada año, el 14 de noviembre se celebra el Día Mundial de la Diabetes con el objetivo de concienciar sobre la enfermedad, dando a conocer las causas, los síntomas, el tratamiento y las complicaciones asociadas. Los profesionales sanitarios, en sus diferentes ramas, tienen un papel determinante en la prevención y cuidado del paciente diabético, entre ellos, los podológos. Es imprescindible el cuidado de los pies en personas diabéticas, debido a que la evolución de la enfermedad va asociada a alteraciones vasculares y neuropatías. Estas alteraciones -zonas mal vasculariazadas, aumento del edema- y la neuropatía diabética -pérdida de la sensibilidad, atrofia muscular- van a dificultar y/o retrasar la curación de heridas o lesiones en la piel y, muchas veces, a retrasar su localización.

Existen una serie de cuidados básicos a nivel general, como el control de la glucemia, manteniendo correctamente el tratamiento con insulina y/o hipoglucemiantes orales, llevar una dieta alimenticia que garantice un aporte nutricional equilibrado, practicar ejercicio físico, llevar un buen control de la tensión arterial o no fumar ni consumir alcohol, entre los que también se encuentra el cuidado de los pies. En este sentido, se pueden establecer tres pautas o rutinas fundamentales:


1. Observación diaria.

En lo que se refiere a la prevención y cuidado del pie diábetico, es necesario realizar un examen diario en busca de enrojecimiento, zonas de presión, ampollas, durezas o grietas. Debe hacerse con buena iluminación y, en muchos casos, ayudados de un espejo para observar las zonas menos visibles, como los espacios interdigitales o la planta del pie. 
Una buena fórmula para evitar las lesiones -rozaduras, quemaduras o grietas- es a través de una higiene adecuada y buena elección del calzado. 

2. Limpieza en profundidad e hidratación.

Hay que lavar los pies diariamente en agua templada -entre los 33ºC y los 36ºC- y utilizando jabones neutros. Es recomendable comprobar la temperatura del agua previamente con un termómetro o con la muñeca o codo, ya que las personas diabéticas pueden tener neuropatía y perder la sensibilidad. Se debe evitar poner los pies en remojo y utilizar cepillos o guantes duros.

El secado de los pies debe ser minucioso, sobre todo entre los dedos. Debe realizarse con una toalla suave y sin frotar, siempre a toques. En caso de que no llegar, se puede utilizar un secador de pelo para quitar la humedad, siempre con aire frío y alejando el aparato a no menos de 15 centímetros de la piel.

A la hora de hidratar, nunca se debe aplicar la crema en la zona interdigital, porque puede causar maceración. Además, se recomienda que el producto aplicado sea específico para personas diabéticas.
Las uñas deben cortarse en línea recta, es decir, sin seccionar las esquinas y empleando tijeras de punta roma para evitar roces o cortes en la piel.

3. Elección del calzado y los calcetines.

Se aconseja que los zapatos sean de tejidos transpirables, como piel, cuero o lona, y sin costuras interiores para evitar presiones. La horma debe ser amplia, flexible y poco pesada y la suela antideslizante. Se debe evitar el uso de tacones que superen los 5 centímetros y los que son de tipo cuña.

El calzado debe comprarse a última hora del día, que es cuando el pie está más hinchado, y ponerlos progresivamente para que el pie se vaya adaptando a ellos. Una buena opción es tener varios pares de zapatos para intercalar su uso, ya que no es recomendable poner el zapato dos días seguidos. Así, se permite que el zapato ventile correctamente y se evita ejercer la presión en la misma zona del pie. 

Como explicamos, que hay que revisar diariamente los pies. Lo ideal es, también, revisar el interior del calzado antes de ponerlo en busca de piedras, gravillas o deterioros para evitar las lesiones. Para completar los cuidados, se recomienda utilizar calcetines de tejidos naturales (lana, hilo o algodón) y, si es posible, sin costuras y sin goma para que no opriman, así como cambiarlos diariamente. 

Os dejamos una pequeña infografía informativa elaborada por nuestra área de podología en la que se describe de forma breve todo lo explicado anteriormente.

Además de seguir estas recomendaciones de higiene y cuidado, es muy importante no acercar los pies a fuentes de calor, mantas eléctricas y /o bolsas de agua para calentarlos. Como norma general, el paciente diabético debe acudir a revisiones periódicas con los profesionales sanitarios y acudir a consulta si presencia cambios o lesiones.

Área de podología.

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