La fisioterapia, tu gran aliada contra el bruxismo

7 de cada 10 personas padecen bruxismo, así que es muy probable que tú, que nos estás leyendo, seas una de ellas. Pero, antes de empezar a contarte qué es lo que la fisioterapia puede hacer por ti en este caso, vamos a aclarar conceptos.

El bruxismo se define como el hábito de apretar los dientes de forma involuntaria, lo cual genera tensión en la musculatura que rodea la mandíbula, y es lo que se conoce comúnmente como rechinar los dientes. Esto puede producirse durante el día o por la noche, aunque el más frecuente y difícil de controlar es el relacionado con el sueño. Las personas que sufren bruxismo aprietan fuerte los dientes superiores contra los inferiores y los mueven de atrás a adelante y viceversa, la mayoría de las veces de forma inconsciente

Causas y consecuencias del bruxismo

Las causas del bruxismo pueden ser variadas y, normalmente, no aparecen de forma aislada, sino que confluyen entre ellas. Las más comunes y conocidas son los estados emocionales y/o psicológicos de influencia negativa (estrés, ansiedad), la mala alineación de las piezas dentarias de la mandíbula, mordidas asimétricas o inestables, desequilibrio muscular entre musculatura la musculatura, malas posturas o incluso temas aparentemente poco relacionados, como hábitos alimenticios y/o de sueño inadecuados.

El proceso normal de bruxismo se relaciona con un proceso anormal de aumento en la tensión muscular de la zona de la articulación temporomandibular (ATM), que a su vez provoca una hiperpresión de la articulación, generando problemas tanto a nivel de la misma articulación como a nivel cervical, problemas de oído, dolores de cabeza o mareos, todos ellos con relación a los puntos gatillos miofasciales de la musculatura afectada.

Como se puede ver en la imagen anterior, esto se traduce en un exceso de tensión en la mandíbula, acompañado o no de dolor, y que puede irradiar hacia oído, cabeza o cuello, y casi siempre provocando un bloqueo o limitación en la apertura bucal, así como una dificultad en la mordida y una posible asimetría en ambos movimientos.

El papel del fisioterapeuta

A la hora de abordar el bruxismo, el papel de la fisioterapia puede ser clave para obtener las mejorías deseadas. La terapia manual muscular de toda la zona mandibular, cervical e incluso dorsal, la punción seca y los estiramientos son algunas de las técnicas más utilizadas en estos casos. Pero tan importante como esto será el trabajo que cada uno de los pacientes hagáis en vuestra casa, ya que es muy habitual que se pauten distintos ejercicios por parte del fisioterapeuta para minimizar las dolencias entre sesiones.

Tampoco se debe olvidar que el rechinamiento de los dientes, en muchas ocasiones, provoca lesiones en los propios dientes, por lo que es recomendable acudir al dentista para que revise las consecuencias de la dolencia. En estos casos, es común el uso de una férula de descarga. Pero además, en este tipo de patología, lo ideal es llevar a cabo una actuación multidisciplinar, en la que actúen dentistas, fisioterapeutas, médicos con especialidad maxilofacial, psicólogos… en función de las necesidades de cada caso y cada paciente.

Área de fisioterapia.

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