La escuela del siglo XXI

Cada día somos más los profesionales que señalamos los puntos débiles del sistema educativo actual y que dirigimos nuestra actividad profesional a intentar suplir las limitaciones de lo que, desde la óptica de quiénes vivimos y disfrutamos los avances del siglo XXI, consideramos, ha quedado obsoleto. 

La sociedad ha cambiado enormemente en los últimos años, hemos tenido acceso a avances tecnológicos que hace diez años nunca nos habríamos imaginado. Somos muchos los que recordamos como a finales de los 90, un pequeño llamado Edu nos invitaba a felicitar la navidad desde nuestro primer teléfono móvil, que poco se parecía a los fantásticos smartphones que hoy conviven con nosotros. Desde entonces, la tecnología no ha dejado de avanzar, dejando obsoletos dispositivos que hacía pocos meses constituían los últimos lanzamientos de los grandes gigantes tecnológicos. Mientras, ciertos ámbitos de la sociedad no conseguían adaptarse a ellos. 

La situación educativa actual es una de las mayores representaciones de este crecimiento desigual. Y, así, mientras los niños crecen al amparo de las nuevas tecnologías que les aproximan a una gran cantidad de contenidos y otorgan una inmensa cantidad de información sobre los más diversos temas, muchos centros educativos se resisten a abandonar la era analógica.

La figura del profesor como transmisor de contenidos ha dejado de resultar atractiva y efectiva para quienes saben, pueden obtener ese conocimiento a través de otro tipo de instrumentos. Es por ello que la escuela ha de convertirse en un lugar que favorezca el crecimiento personal de los niños, dónde se fomente el auto-conocimiento, la inteligencia emocional, la actitud crítica, dónde se permita la creatividad y se potencien las habilidades y capacidades propias, donde el niño sea libre de descubrir quién es, donde se enseñe el respeto y el valor de la diversidad, la resolución de los conflictos internos y externos de una manera adecuada, el trabajo en equipo y la colaboración, la toma de decisiones responsables, etc. Un lugar donde se forme a personas y cuyo objetivo vaya más allá de la mera transmisión de contenidos que, en la actualidad, tenemos a sólo un clic de distancia. 

Les invito a que lean alguno de los artículos que comparten esta visión acerca de la necesidad de un profundo cambio educativo, y a que luchen y apuesten por lograr una educación adecuada al siglo XXI.

En La Nación: La misión de la escuela ya no es enseñar cosas.

En ABC: ¿Déficit de atención o niños aburridos?

Silvia Tubío Laíño, psicóloga.

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